Aquella canción pegadiza y entrañable que suena desde hace décadas en un anuncio televisivo de turrones, confirma que lo más propio de la Navidad es volver a casa.
Aunque no todo resulta siempre tan idílico a la vuelta, ni para el que regresa, ni para el que espera, a veces por tensiones que no se evaporan de un día para otro y también porque en esta sociedad del confort y las redes sociales, muchos no están dispuestos a despegarse de sus habituales comodidades. Y ocurre que los abuelos no tienen camas para todos, ni espacio en el salón para todos sus vástagos... hasta el punto que hay que organizarse para que no coincidan todos en las mismas fechas, por cuestiones de logística.
En estos tiempos con soluciones para casi todo, muchas familias han encontrado la forma de hacer posible el encuentro más concurrido, por supuesto en casa, pero no en la de los abuelos, sino en la que buscan, en muchas ocasiones ellos mismos, en un punto geográfico del país que esté no muy lejos del lugar de residencia de sus hijos y nietos y en la que poder disfrutar de unos días tan especiales, trasladando todo el calor de la Navidad familiar a una casa rural.
No es difícil encontrar alojamientos rurales con amplios dormitorios con baño y calefacción para todos, en los que no falte tampoco una hogareña chimenea, y una cocina equipada con todos los electrodomésticos que nos facilitan la preparación de los menús navideños, con acceso a internet wifi, dvd, equipo de música y otros enseres que todos tienen en su propia casa y a los que les cuesta renunciar.
La casa rural ideal para cada grupo familiar puede encontrarse entre las miles repartidas por los pueblos de toda España, sólo hay que dedicar un tiempo a buscarla con algunos meses de antelación.
Quienes ya han vivido esta experiencia navideña, destacan además algunos extras, como que en el horno del pueblo le asen el cochinillo, porque sale más rico que en el horno de casa, probar las migas del caldero, cruzar la plaza y entrar en la iglesia para escuchar la misa del gallo, y pasear en las tardes soleadas por los senderos naturales, haciendo así más llevaderas las pesadas digestiones de esos días.
4 comentarios:
Y el que prueba pasar la Navidad en una Casa Rural, os puedo asegurar a que vuelve al año siguiente y no solo eso, sino que antes de despedirse, ya deja reservada la fecha con un año de antelación.
Cada vez son más las familias que eligen este modo de poder pasar las fiestas de Navidad justamente así, en familia.
No es la casa de nadie y es la de todos.
Seguramente sea el lugar más adecuado para que las tensiones se queden aparcadas por unos días.
Buen artículo, Carmen.
Confirmo, que cada vez son más los que se apuntan a celebrar estos eventos en una casa rural, pues además de todas las razones expuestas, buscan equidistancia entre sus lugares de origen, de manera que todos hagan aproximadamente el mismo recorrido.
Tienes razón. En los 5 años que llevo con mi casa rural, siempre la han alquilado en Navidad grupos familiares. Sobre todo por lo que comentas del espacio, de que es la casa de todos, que tienes comodidades como en la casa propia, ....
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