viernes, 11 de diciembre de 2009

TRADICIONES: LA MATANZA DEL CERDO EN EXTREMADURA


Durante los meses de noviembre, diciembre y los primeros días de enero, la matanza tradicional del cerdo en Extremadura, como en otros muchos puntos de nuestra geografía, fue una tarea obligada en la mayor parte de los hogares.

La base de la dieta en los meses sucesivos eran los productos elaborados en los días de la matanza, casi una semana si contamos los preparativos y los dedicados a embolsar los lomos, salar los tocinos y hacer el adobo.

Una dura faena en torno a la matanza exigía que los familiares y vecinos se ayudaran mutuamente y, de paso, se animaban las reuniones con migas, sardinas, coles, garbanzos y buen vino alrededor de la lumbre.

Desde hace aproximadamente una década, las matanzas domiciliarias ya no son tantas porque las dietas de hoy no admiten grasas, las casas ya no se diseñan para albergar matanzas, y la moderna maquinaria alivia la dureza de la faena de picar, amasar... y al guarro se le aturde antes de sacrificarlo, por lo que ya no es de imperiosa necesidad convocar a tanta gente para que arrimen el hombro.

Da un poco de lástima que se pierdan las tradiciones, pero los modos de vida han cambiado radicalmente en muy pocos años, y hay que renunciar a algunas cosas para abrazar otras.

En Extremadura no obstante, el cerdo es el rey de nuestra gastronomía y las matanzas perdurarán de una manera u otra. Para recordar cómo lo hacían nuestros abuelos, las asociaciones culturales y otros entes relacionados con la promoción del turismo programan durante estos meses matanzas didácticas. Sin duda una interesante y sabrosa experiencia.

2 comentarios:

Visit Compostela dijo...

Es uno de los buenos recuerdos que tengo de la infancia: la matanza del cerdo en casa.
Eran días de mucho trabajo para los mayores, pero los niños nos lo pasábamos de fábula.
Todavía recuerdo el frío en las manos al lavar las tripas en el río

moisés dijo...

UUUUUMMMMMMMM que bueno y que foto más rica y auténtica.Por aquí se hacía hasta los años 70,ahora,que yo sepa prácticamente está casi extinguida.Cuando el cerdo se troceaba,generalmente se llamaba a un niño inocente al que se le pedía que cerrara los ojos porque se le iba a poner un anillo,pero para sorpresa del niño el anillo era el recto,eso sí bien lavado,del susodicho animal.Lástima que no haya momentos para revivir todo esto.